(Des)-educaciones: trazos para desaprender a investigar en compañía

Este es un libro para saborear, para leer con los sentidos y tomar impulsos
con la imaginación. Todo esto porque nos quedan lejos o cortas las
cartografías que nos matrician, y estamos buscando deshabituarnos a aquello
que nos tiene anudadas—anudados o anudades—al dolor social o las
indignidades. Necesitamos nuevos amparos.
Investigar-se en el dominio de la eroticidad—esa fuerza creativa, integrada,
potente y ancha—se está convirtiendo muy lentamente en una opción en
algunos ambientes académicos. Somos esa gente que viene caminando desde
los giros hermenéuticos y lingüísticos celebrando las singularidades, los
desparramos, los accidentes y las excepcionalidades, empujando los
horizontes de las convenciones científicas más allá de lo conveniente, para
poner a prueba nuestra capacidad de des-orientarnos. Es que estar orientados
supone una complicidad con el mundo tal cual es que éticamente se nos clava
en medio del pecho como una estaca. Así no queremos.